Ana me invitó a tomar café en su casa y conocí su vida a través de sus fotos. Su casa en la isla sur, sus hijos y amigos y su familia. Yo la invité a la biblioteca y también le mostré las mías, mi casa, mis hijos y todos los momentos importantes de mi vida.
Fue una reflexión compartida. A pesar de la diferencia de culturas, compartimos los mismos valores, le damos importancia a las mismas cosas y tenemos muchas afinidades.
Andy y Ana son parte de tantas cosas hermosas que nos pasan en el paralelo 40 de las cuales me siento profundamente agradecida.